Algunos servicios de transporte público permiten a las personas discapacitadas viajar gratis. Algunos también pueden permitir que un cuidador acompañante viaje gratis con la persona discapacitada.
Una persona con ELA que sufre de debilidad en las extremidades siempre debe estar sentada mientras viaja en un autobús. La fuerza de agarre insuficiente hace que sea poco realista agarrarse a las barras de apoyo, mientras que la debilidad en las piernas hace que permanecer de pie durante largos períodos de tiempo sea difícil.
Los autobuses modernos tienen pisos bajos y rampas de acceso retráctiles que permiten el ingreso de sillas de ruedas. No todas las paradas de autobús son adecuadas para sillas de ruedas, ya que pueden tener secciones de césped o tierra donde normalmente se desplegaría la rampa. El conductor puede tener que reposicionar el autobús a un punto de carga más adecuado antes de extender la rampa.
Los autobuses pueden tener botones de solicitud de parada específicos en el área de asientos para personas discapacitadas. Estos botones deben presionarse en lugar de los botones que se encuentran en otras partes del autobús. Muchos autobuses tienen sistemas de notificación específicos para el conductor, que le informan si debe utilizar la rampa de acceso retráctil en la siguiente parada o no.
Los autobuses pueden estar sujetos a fuerzas de aceleración, frenado y giro que son lo suficientemente grandes como para hacer que una silla de ruedas se deslice por el suelo o incluso se vuelque. Muchos autobuses tienen puntos de anclaje que se pueden utilizar para asegurar que la silla de ruedas no se mueva más que una pequeña cantidad. Dichos anclajes se deben utilizar cuando estén presentes.
Los trenes suelen tener entradas y vagones designados específicamente para personas con discapacidades. Estos se deben utilizar cuando existe algún nivel de discapacidad o cuando se utiliza una silla de ruedas.
Algunas ciudades tienen un servicio de transporte exclusivo para personas con discapacidades lo suficientemente graves como para que viajar en un autobús o tren convencional no sea práctico. Por lo general, se trata de un servicio puerta a puerta, que se reserva con antelación.
Para acceder a estos servicios alternativos, normalmente se debe presentar una solicitud formal, con documentos de respaldo de un médico calificado para demostrar una necesidad clara. Los pacientes con ELA suelen estar cualificados para utilizar estos servicios con cierta antelación a la fecha en que realmente los necesitarán, para adelantarse a la progresión de la enfermedad.
Estos servicios de transporte tienen políticas específicas relacionadas con cuándo se pueden reservar los viajes, el área de cobertura, etc. El autobús puede partir si la persona no está preparada y esperando cuando llega al punto de origen.